...Ser pobre es un problema, a veces una tragedia, pero desde luego no es una indignidad. Por eso también me inquietó que algunos dijeran: “¿No es una frivolidad regalar juguetes con la que está cayendo?”, como si los pobres solo pudieran aspirar al extremo utilitarismo del kilo de garbanzos más barato. A la caspa y la pena. Ni hablar: hay que aspirar a todo. Como en el cuento del mercader árabe que entró en una ciudad un día de mercado y le dio a un mendigo dos monedas de cobre. Al irse, horas más tarde, se lo volvió a cruzar, y le preguntó qué había hecho con el dinero. Y el hombre contestó: “Con una moneda compré un pan, para tener con qué vivir, y con la otra una rosa, para tener por qué vivir”. Pues eso.Rosa Montero
martes, 4 de diciembre de 2012
Pobres...
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